miércoles, 4 de marzo de 2009

MULTAS DE HASTA 10.000 EUROS POR ACOGER A UN SIN PAPELES

La Gran Crisis económica provocada por un capitalismo internacional sin control, hace del más débil su chivo expiatorio y nos encamina hacia la eclosión de un fascismo latente.

Es difícil decir en qué consiste un proceso de fascistización de la realidad. No se debe sólo a la elite política, económica y mediática que pone en circulación una ideología de naturaleza fascista, la cual encubre su verdadero carácter y además está justificada incluso en valores democráticos. Es, además de lo dicho, o quizá provocado por ello, un enrarecimiento en el ambiente, la creación de una atmósfera asfixiante, una especie de virus (hablando en terminología médica) que invade todos los espíritus de una sociedad y los predispone para cometer crímenes alegremente. Una movilización masiva de los peores instintos humanos que comienza con leves movimientos apenas imperceptibles. Eso y no otra cosa significa “Movimiento fascista”: movilizar a toda la población bajo un objetivo-idea única, total, sin posibilidad de espacios objetivos desde la cual pensarla. Una idea que lo devora todo y en cuyo movimiento irracional ella misma queda justificada plenamente. Una idea mortal que, identificando la racionalidad con sus propios contenidos, impide que sus aberrantes productos sean discutidos. Esto es, impide la crítica.

Es como si una mano invisible sacara lo peor de las entrañas del ser humano para sumergirnos en una orgía de sangre, una auténtica borrachera donde se pierde la racionalidad y los valores objetivos de justicia, tolerancia, humanitarismo, que lleva implícitos. Que es como una especie de borrachera lo demuestra la reflexión posterior. Cuando el fascismo pasa, queda un sentimiento de vergüenza colectiva, un llevarse las manos a la cabeza para preguntarse: ¿Pero qué hemos hecho? ¿Cómo hemos sido capaces? ¿Cómo puede ser que, en aquel instante, esta barbarie nos pareciera, no sólo viable, sino plenamente justificada en la razón, en valores tan elevados como la democracia? La reflexión es la resaca del alcohol. La humanidad trata de comprenderse a sí misma en sus acciones aberrantes. Por eso no es sólo una enfermedad. Por eso existe un juicio que, nublado por estas ideas interesadas puestas en marcha en un discurso social intensivo, siente luego la vergüenza de haberse escondido miserablemente, por miedo. El fascismo es, sobre todo, la prostitución de los ideales, cuando, en una sociedad absolutamente instrumental, donde prima lo económico sobre lo humano, estos ideales pueden ponerse al servicio de cualquier interés particular.

Así y con todo, aunque sea una especie de atmósfera asfixiante, es creada desde las elites (o lo que es lo mismo, la estructura social, determinada en sus relaciones por los intereses de la clase dominante), así que puede advertirse cuál es la estrategia que consigue este efecto en la sociedad. Los medios de comunicación en Italia, claramente identificados, no sólo en lo ideológico, sino en lo material, vinculados estrechamente por intereses económicos, con la política, han puesto en marcha un discurso racista sobre delitos comunes de violación y robo que está justificando la movilización de la ultraderecha a favor de la expulsión de todos los inmigrantes.

Este ha sido el poder del concepto “inmigrante”. Una vez que cayó en las redes de los medios (que fue mediatizado por un sólo pensamiento), su significado fue constituido por una serie de intereses particulares. Puestos en marcha, predisponen a la acción fatal, a la Solución Final: la expulsión de todos los extranjeros. Empleado el concepto, hecha la trampa. Inmigrante, en sí mismo, no significa nada. Tan intensivo ha sido el lavado de cerebro que, en Italia, la delincuencia ha generado la necesidad de una vigilancia nocturna, trabajadores-vecinos adicionales que no emplean armas, sino radios para poner a la policía alerta, no sobre delitos, sino sobre la presencia de inmigrantes que, quizá, son indocumentados y por tanto potenciales criminales. Es la caza sistemática del inmigrante, y lo que está detrás, una vez más, es una crisis económica colosal (probablemente estructural, sistémica, con toda la desgracia humana que tal expresión lleva aparejada, por más que los medios la hayan empleado a la ligera) que ha convertido una mano de obra barata de la que se han beneficiado unos pocos en un excedente de fuerza de trabajo sobrante del que hay que deshacerse lo más rápido posible. (Otra vez la razón instrumental prima sobre todas las cosas)

Todo ilegal es ilegal, y lo es a los ojos de la ley. Con la ley en la mano, se consuma la atrocidad. Ni tan siquiera los procedimientos cuentan, pues lo importante es salvar el sistema. Sin embargo, esta contradicción entre la ley y la moral (es a todas luces inmoral por injusto) está sacando a la luz las contradicciones de una sociedad que sólo podrá perpetuar la injusticia basándose en la única ideología posible que le sirve de fundamento: el fascismo, el neo-fascismo. Una contradicción que lleva la ley en su propio seno, pues nos dijeron que ella misma fue instaurada con vistas a que tales hecatombes humanas no se practicaran jamás (con el recuerdo del Holocausto y la Segunda Guerra Mundial en la cabeza)

Pero el caso de Italia no es el único. Nuestros propios medios acusan a Italia a la vez que hacen, por contraste, aparecer nuestra sociedad como humanitaria, inmaculada. Este sistema de vigilancia, este sistema de ojos de la autoridad que además implican al ciudadano en la cruel injusticia, se implantó en España hace ya más de dos años. Concretamente, en Murcia, justo cuando la crisis económica comenzaba a aparecer. Mucho antes de que los políticos utilizaran la palabra maldita, durante aquel tiempo en que empleaban ridículos eufemismos que constataban la visión que el político tiene del ciudadano (lo mira como un idiota crédulo) las autoridades regionales ya sabían que iba a sobrar ingente mano de obra, la misma que había generado inmensas fortunas privadas basadas en la irracional especulación en torno al ladrillo.

Desde que apareció la figura del “sereno” so pretexto de la delincuencia que el “inmigrante” en paro (potencial criminal), por la noche, de las 23:00 en adelante ya no se ve un alma. Los extranjeros han desaparecido por miedo a ser deportados, además en condiciones inhumanas y vete a saber hacia qué incierto destino, y los nativos se refugian en sus casas por miedo a la imagen del inmigrante loco, asesino. Este movimiento orientado desde el poder divide a los vecinos, que ya no se miran como tales (Vecinos significa gentes que conviven como iguales en un espacio común), sino como enemigos, a la vez que va reflotando el viejo nacionalismo sobre la distinción entre: yo, el español, y el inmigrante, que constituye, no ya el enemigo de otro país, sino el extraño viajero sin nombre, el nadie. Y el nacionalismo, como reacción romántica, irracional, fue la base de las dictaduras fascistas, las autarquías cuyo sentido último hay que encontrar en la Gran Depresión económica. Curioso que sea una burguesía ultraliberal la que, otra vez, se alía con la irracionalidad reaccionaria del fascismo.

Se ha inferido que el inmigrante, si no trabaja, delinque. Si no está empleado, es capaz de los actos más bellacos. Y este discurso ha sido difundido por boca de políticos a través de los mass media. Recordar las palabras de Rajoy, según el cual, los inmigrantes, para quedarse en España, debían adaptarse a nuestra cultura. Lo cual era lo mismo que decir: los que vienen son incivilizados por definición. Están todavía por evangelizar-civilizar. Curioso en una sociedad tan bárbara como plantearse semejante deportación masiva.

El inhumano proceso llega aún más lejos. Publicado por el diario 20 Minutos con fecha de Jueves 26 del año 2009 (para que quede constancia de esta injusticia): “Hasta 10.000 Euros de multa por acoger a un sin papeles” , según el anteproyecto de reforma de la Ley de Extranjería aprobado ya por el Consejo de Ministros. Que sea la cuarta reforma de la ley en ocho años demuestra que ésta, lejos de ofrecer un sistema de normas que hagan la convivencia estable y nos protejan de los abusos, están totalmente al servicio de las circunstancias, contingentes, eventuales y provocadas por los intereses creados y enfrentados. La ley en manos del poder. Las multas pueden ser: muy graves, 100.000 euros, graves: 10.000 o leves: 500 euros. Además, pueden afectar sobre todo a ONG's que trabajan con inmigrantes en situación irregular para su colocación laboral.

Así que ya sabe. Si tiene por vecinos a una familia inmigrante no olvide que no solamente pueden atracarle, violarle, asesinarle, despedazarle y comerle crudo en un ritual canibalesco, sino que, si perseguidos por la policía para la deportación, usted decide darles cobijo (como esos héroes anónimos que resistieron al fascismo alemán e italiano y escondieron a seres humanos estigmatizados por los intereses políticos, por el frío cálculo instrumental) irán directamente donde más le duele: a su bolsillo. Pero claro, estos son otros tiempos. Esto no es la misma aberración nazi fascista, esto es necesario y está justificado en... ¿qué?

Estas noticias, estos proyectos de ley, las reacciones creadas desde el poder para convertir a todos los ciudadanos a la ultraderecha y así que den el beneplácito a las injusticias de sus gobernantes, todos estas objetividades, desnudas de la falsa ideología que las justifica, del ideal prostituido, son los árboles gracias a los cuales advertimos la presencia del extraño, misterioso, inhumano y asfixiante bosque del neofascismo.

Fascismo=autoridad, tergiversación de la verdad, irracionalidad, creación de un discurso del miedo, crimen, aberración, injusticia, criminalización de toda forma de izquierda bajo conceptos creados desde el poder (terroristas, anarquistas en su acepción peyorativa o negativa), orgía de sangre, odio, rabia, violencia, visceralidad incontrolada, thanathos campando a sus anchas (recuérdesde que el sacrificio necesita que todos seamos siniestros novios de la muerte), dictadura, pensamiento único, ausencia total de crítica, anulación de la individualidad, censura, persecución, totalitarismo, militarismo (bajo la forma policial) y, sobre todo, chivo expiatorio, caza al inocente, al más desamparado, al último de la sociedad, al lumpen, al que menos culpa tiene, aquel de quien se han estado aprovechando muchos años: ¿adivinan quién será el nuevo estigmatizado?

Fuente:Kaosenlared

1 comentario:

Webmaster dijo...
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