Las medidas de contingencia de Felipe Calderón contra la Influenza son ineficientes. Lejos de resolver el problema, lo han utilizado para fines de control de población y guerra de baja intensidad
Julio Cota, Secretario General del Partido de los Comunistas en Morelos | Para Kaos en la Red | 30-4-2009
El sistema capitalista es responsable que hoy enfermedades curables se conviertan en epidemias
Durante los últimos días hemos escuchado en los medios de difusión, el constante bombardeo de información de la llamada “Influenza Porcina”. Su propagación y las muertes que ha generado en gran parte de la Republica Mexicana, han creado un clima de Psicosis social en toda la población. Dicho en términos de Naomi Klein, un estado de Shock. Los resultados son el miedo y confusión que impiden el razonamiento crítico ante sucesos de la realidad social.
El sistema capitalista es el responsable directo, que hoy en pleno siglo XXI, enfermedades curables se conviertan en epidemias aterradoras. Muchos son los factores que crean condiciones insalubres para que millones de seres humanos no puedan sobrevivir a estas “nuevas” enfermedades. La crisis capitalista no se reduce a una simple cuestión económica como afirman los dueños del dinero, ésta también repercute en otros campos como el de la salud. La guerra del capital contra la humanidad evidencia su mayor contradicción, la vida contra la muerte. El resultado es claro, los muertos los ponen los más vulnerables; la gente de abajo.
Las medidas de contingencia del Gobierno de Felipe Calderón contra la Influenza son ineficientes. Lejos de resolver el problema, lo han utilizado para fines perversos de control de población y guerra de baja intensidad. Es una irresponsabilidad por parte de la Secretaria de Salud y el gobierno Mexicano, no contar con un proyecto de prevención social contra este tipo de enfermedad, que además se tiene conocimiento de ella desde el año 2005 en varios países. Las muertes en México han sido por no tener un tratamiento a tiempo de la enfermedad. Sabemos que más de la mitad de los mexicanos no cuenta con seguro social, al otro 30% de la población le es ineficiente el diagnóstico y el tratamiento de esta enfermedad.
Son ridículas y absurdas las medidas de “prevención” del gobierno Mexicano. No acudir a lugares cerrados y con más de 30 personas, no saludar de mano y beso, no salir de casa y concurrir en calles para prevenir el contagio. Es una gran contradicción que por una parte hayan querido actuar para contrarrestar la epidemia, y en otra solo haya servido para ocultar a la población las nuevas leyes en materia Penal.
Por decreto presidencial se han suspendido clases, los eventos y festejos hasta el 6 de Mayo. Ante todo esto surgen algunas preguntas, ¿Por qué no han suspendido las labores productivas? ¿Por qué el gobierno y la Secretaria de Salud no han implementado las medidas correctas y eficaces en los centros laborales? Es indudable que en los centros de trabajo existe la mayor concentración de gente con mayor probabilidad de contagio. Los trabajadores y trabajadoras somos los más vulnerables.
Es evidente que Felipe Calderón y los medios de difusión masiva, hayan guardado información sobre las muertes de esta enfermedad hasta después de la visita a México, del Presidente de E.U. Obhama, para no generar descontento popular. Es ridículo que espontáneamente y de la noche a la mañana la “armonía” y “tranquilidad” que vive México, se convierta en terror y un campo de exterminio. Es también claro que al capital y al gobierno federal no le preocupan los muertos del México de abajo.
Mientras tanto la Influenza ha servido de cortina de humo para los mexicanos. En los centros de la vergüenza y el crimen, la cámara de diputados y senadores. Se han aprobado las siguientes reformas:
Si antes lo hacían impunemente, ahora lo harán con toda Ley y aplicación del sagrado Estado de derecho que lo estipula. Esto es una muestra mas de la estrategia de Guerra de baja intensidad que el Gobierno viene aplicando a la población para su control ante una rebelión a nivel nacional que esta muy cerca.
Por Julio Cota, Secretario General del Partido de los Comunistas en Morelos
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